martes, 19 de junio de 2012

¿Qué vamos a concentrar en un Gobierno de concentración? Por Montserrat Nebreda.


Mientras en el PP van llamando “antipatriota” a Almunia por decir verdades como puños, que mejor dejar caer un banco si salvarlo nos va a costar lo que no vale y que de esos tenemos en España unos cuantos, su jefe, incapaz de cultivar la necesaria unidad entre los españoles, dice que apuesta por la de Europa, esa entelequia que permite al FMI, vía Lagarde, decirnos en el morro que si no se soluciona la crisis del euro en tres meses, mejor lo dejamos correr. La verdad lo es aunque Agamenón (véase Almunia, véase Lagarde, véase el porquero) no esté haciendo el menor favor a la confianza de los inversores, a la estabilidad de los mercados, y demás frases encubridoras del tongo máximo en que estamos metidos. Pero a río revuelto, ganancia de pescadores, y ahí salen enseguida los partidarios del “gobierno de concentración nacional” que entienden posible una solución si los principales partidos y algunos independientes se suman en un nuevo gobierno que, de espaldas a lo decidido en las urnas, se instale en el poder.
Pero ¿de qué poder estamos hablando? Teniendo en cuenta la nula oposición que está haciendo el PSOE, y la fácil y huera de los partidos-mini, la mayoría absoluta con que cuenta el PP ¿a qué se enfrenta? Se enfrenta a su propio vasallaje a quien manda en la Unión Europea y a su Banco, a uno mayor a ese FMI del que Rodrigo Rato salió corriendo y algunos empiezan a criticar su estancia en él, y a todos esos G (el 7, el 20, ahora el 20+1…) tan democráticamente elegidos, por cierto. Así que sólo le queda al poder político en España abdicar de su responsabilidad y simular que se ponen a gobernar los de izquierdas, los de derechas y algunos independientes, de tal modo que, si como se augura, las cosas no salen bien, la responsabilidad es de… ¡todos! Y todos, por supuesto, en el momento de la debacle seremos antes que nadie los que no decidimos (o mejor dicho, sí lo hicimos en las últimas elecciones generales, ya se ve que para nada), pero pagamos la fiesta.
Si no hay poder ¿qué concentramos?
Y si como parece los gobernantes no tienen el poder o padecen yugos que aceptan mansamente, si además respiramos al ver que Grecia se aleja de levantarse contra ese yugo, ¿me sabrían ustedes decir qué íbamos a concentrar en ese supuesto gobierno pluricolor con independientes? ¿No era De Guindos un independiente?, ¿no dice él lo mismo que todos esos que jamás se arriesgaron a dar un paso en política y que desde la bambalina dan consejos económicos que no sabemos si son de interés general o de interés privado? ¿Es que alguien cree que hay diferencia entre aquel mayo de 2010 de Zapatero y el escaso y declinante tiempo de Gobierno de Rajoy? Sólo ha cambiado el tipo de interés de nuestros bonos, y el hecho de que se ha más que doblado nuestra prima de riesgo, pero por lo demás, ya no sabemos si subir el IVA o los impuestos es de izquierdas o de derechas, si la austeridad es comunista o fascista, si los programas keynesianos incluyen el plan E, o los AVES que hemos esparcido por España, si limitar al poder judicial es progre o conservador, si recentralizar el Estado es algo que acometería un liberal o un jacobino…. Pueden decir una cosa y su contraria casi de forma contemporánea, porque el tiempo de la política es el del XIX y el de la información pivota ya sobre el vértigo del XXI.
Salvaré contadas excepciones para que no me llamen demagoga, pero en cuanto al resto de los protagonistas de la política actual, en un bando y en otros son los mismos, y dan lo mismo, no cambian más que el color de la bandera que les dan a la entrada de sus mítines, militan en el sentido de quedarse en el poder el mayor tiempo posible, no fueron jamás patriotas de nada más que de su bolsillo, su trinchera y su bando, creen en Europa sólo porque todavía no nos toca ser paganos, y porque la expulsión del euro es un ridículo espantoso que ningún gobernante español se puede permitir.  ¿Para qué los queremos, pues concentrados? ¿Para que nos sea imposible identificar a los culpables? Pues a mí no me interesa, quiero que cada uno de ellos, pasando por el poder, reconozca que le sobrepasa, que no está preparado para ejercerlo, que llegó allí por casualidad o evitando trabajar como hacemos los demás, colocándose aquí y allá donde menos se veía que no pegaba un sello, hasta que, azares del destino, se vio colocado al frente del navío y todos pudimos ver que no era capitán.
No hay capitanes válidos entre quienes ahora mismo tienen el poder.
No hay capitanes válidos entre quienes ahora mismo tienen, por delegación de una masa desinformada, manipulada e indolente, el poder. Sus carencias son las nuestras. Decidimos que todos podíamos votar y nos hemos creído que con eso, cinco minutos cada cierto tiempo eligiendo entre susto y muerte, se construía la democracia, y ahora, en nuestras narices nos dicen que no, que mejor hacen un gobierno de concentración, que salvaguarde sus cabezas en el tiempo de escabechina que se avista. El PP se resiste, y es comprensible, ¡les ha costado tanto llegar!, y ahora les quitan el juguete de las manos. Pero estoy convencida de que a muchos de ellos ya les seduce la idea de escurrir el bulto, agotados todos los conejos que pensaban tener en la chistera…incluso su propia responsabilidad de haber retrasado una reforma para intentar salvar a Javier Arenas (que lo salva igual “porque lo necesito yo”) se diluye a la velocidad en que todo se ve engullido por la incertidumbre y el desánimo.
Comparto con Jesús Cacho la idea de que aún hay tiempo, pero la mayor parte habrá que gastarlo en reclutar, pues si los tiempos que vienen son nuevos, también nueva habrá de ser la tripulación. Y si hay que aprender a sembrar, se aprende. Cualquier cosa antes que concentrados de inútiles o salvapatrias visionarios que los quiten de en medio a golpe de pistola.

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