jueves, 22 de marzo de 2012

“El trabajo externo jamás será insignificante si el trabajo interno es grande. Y el trabajo externo jamás será grande o siquiera bueno si el interno es débil o de poco valor.”







  Artículo de Mario Conde en el Foro de Fundación Civil
   www.fundacioncivil.org





Tengo un pequeño libro, al que creo me he referido en el Foro en alguna ocasión, que se llama Meditando con Meister Eckhart. Lo suelo dejar en la mesa de noche y algunas de ellas, antes de dormir, leo alguna página. Es una especie de ejercicio extraño porque al día siguiente por la mañana vuelvo a releer lo mismo y en ocasiones no percibo identidad de mensaje.
Llevo unos días releyendo este texto:
“El trabajo externo jamás será insignificante si el trabajo interno es grande.
Y el trabajo externo jamás será grande o siquiera bueno si el interno es débil o de poco valor.”
Aparentemente es un mensaje simple: las obras exteriores deben responder a un estimulo interior grande. Puede continuarse en la línea y señalar que todo aquello que se ejecuta con limpieza de corazón (grandeza) se traducirá externamente en un obra de valor. Lo que se debe a instintos inferiores, jamás será grande. Puede, obviamente, ser espectacular pero no grande.
Esta interpretación no es compleja. Pero Eckhart continúa:
“El trabajo interno incluye en sí mismo, indefectiblemente, toda expansión, todo ancho, todo largo y toda profundidad”
Esta idea es ya algo mas delicada, sobre todo por el manejo de la noción de profundidad, que es la única medida valida para el cosmos infinito. Podría entenderse que se refiere Eckhart a que el verdadero trabajo interno implica o reclama la negación de lo concreto (individualización) para involucrarse en “toda expansión, todo ancho, todo largo y toda profundidad”.
No es seguramente imprescindible alcanzar cuotas quizás demasiado elevadas de abstracción. Pero esa correlación entre el interior y el exterior es una de las ideas centrales de Eckhart.
Permanecemos demasiado atentos a lo externo. Nos ocupamos demasiado en pensar que pensarán los demás y no qué pensamos nosotros mismos. Parece como si la crítica ajena fuera para nosotros mas importante que el reconocimiento interior de uno mismo. Si eso es así, el trabajo exterior será insignificante porque el trabajo interno es de poco valor.
Mucha gente construye la imagen de otros con trabajo interno de poco valor. Esa imagen carece de solidez. la mueve el viento de las emociones inducidas. Por eso no podemos vivir en ellas.
Toda obra exterior debe responder a un trabajo interior profundo. es la única manera de hacer las cosas bien. Lo aplicamos a todo. Como individuos, como colectivos y como humanidad.

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