martes, 6 de marzo de 2012

http://www.fundacioncivil.org/2012/03/paranoias-conspiratorias-y-tambien-intenciones-espurias/http://www.fundacioncivil.org/2012/03/paranoias-conspiratorias-y-tambien-intenciones-espurias/

Durante los últimos años de mi etapa en Banesto y de una manera mas intensa una vez que se inició la caza y captura, se instaló una especie de paranoia compulsiva en ciertos ámbitos políticos, financieros, judiciales y mediáticos por cuya virtud cualquier acontecimiento de cierto interés en la vida nacional tenia detrás la mano oculta y conspiradora de Mario Conde. Es cierto que en alguna ocasión no se trataba tanto de paranoia en grado superlativo como de crear culpables artificiales con los que ocultar la autoría real de ciertos hechos que, como es obvio, correspondía material a intelectualmente a quiénes se dedicaban a correr los infundios. Pero en muchos casos la paranoia funcionaba como tal, sin reparar que siquiera con setenta y dos horas diarias de trabajo podría hacer ejecutado lo que me atribuían. Una vez inutilizado en mis supuestas ansias conspiratorias mediante el expeditivo procedimiento del encierro en prisión, comprobado que en España seguían sucediendo cosas, tuvieron que rendirse a la evidencia de que no era el hombre encerrado el que las provocaba. A partir de ese momento decayeron los impulsos. Quizás porque el objetivo esencial no era otro distinto al encierro por el encierro.
Pues parece que vuelven. Ayer o antes de ayer un amigo me comentó, no sin cierta preocupación, que en determinados ambientes madrileños, políticos y judiciales, se decía que detrás del asunto Garzón y hasta del de Urdangarín se encontraba mi mano oculta. De no ser porque he vivido otras épocas me parecería tal dislate que no prestaría atención. Mi amigo, como digo, no se lo tomó a broma, y me refirió que existen coincidencias a partir de las cuales se edifican esas paranoias conspirativas.
Resulta que Garzón ha vivido tres procedimientos judiciales, de los que dos están conclusos y uno prácticamente también. El primero de ellos, el del espionaje a los abogados, por el que ha sido condenado y privado de la condición de juez, se debe a una querella presentada en su día por Ignacio Peláez, ex fiscal de la Audiencia Nacional. La coincidencia es que, al poco de pedir la excedencia y dedicarse al oficio de letrado, actuó como abogado penitenciario mío en la última etapa de mi prisión en Alcalá Meco. La verdad es que la primera noticia de que existía esa querella la tuve porque Ignacio Peláez acudió a un programa de Intereconomía a explicar lo sucedido. No he seguido el caso Gürtel y no estaba enterado de sus vicisitudes. En realidad explicaba Ignacio Peláez la lógica de que el Colegio de Abogados de Madrid se personara en la querella, pero al parecer el decano, Hernandez Gil, se negaba a ello, en una actuación que a muchos resultaba incomprensible. Pero no he hablado con Peláez ni un segundo al respecto. Evidentemente no tengo la menor intervención ni en la confección, ni en el impulso, ni en nada relacionado con esa querella, salvo, claro, mis intervenciones en los programas del Gato al Agua en los que se trató el asunto.
El segundo de los juicios a Garzón se debe a una querella presentada por las peticiones de dinero efectuadas por Garzon a ciertas entidades españolas, singularmente banco de Santander. Aquí la conexión deriva de que los querellantes son los letrados Mazon y Panea. Con el segundo no tengo relación, pero el abogado Mazón llevó y ganó mi demanda ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU que anuló la sentencia del Supremo de julio de 2002, lo que, a fuer de realidad, no ha servido para nada concreto, o para nada diferente de comprobar como el Estado español incumple Tratados Internacionales. De nuevo ni un segundo de intervención en el proceso que desembocó en esa querella. Pero, claro, tratándose de Mazon y de Botín, las conexiones son evidentes, para quien se dedica a confeccionar artificios, claro. Y otra adicional: resulta que Garzon, después de recibir ese dinero del Santander, archivó una querella que Rafael Perez Escolar, ya fallecido, presentó precisamente contra Botín y otros derivada de lo sucedido en la intervención de Banesto. Pues tampoco tuve intervención en esa querella. Curiosamente este fue uno de los puntos de no coincidencia con Pérez escolar. Siempre sostuve que Botin no fue el responsable de la intervención de Banesto. La decidieron el Presidente del Gobierno y el lider de la oposición, Gonzalez y Aznar. Los demás ejecutaron. Botin se limitó, al menos en lo que yo se, a comprar Banesto a un precio de ganga, que, por cierto, fue muy superior al que oficialmente se decía desde el Banco de España. Pero Botin tenía mejor información que los demás y por eso pujó y ganó, y como él mismo ha declarado en una ocasión, ha sido el mejor negocio de su vida. Lo comprendo. Por eso atacar al Santander era desviarse del verdadero centro del problema. Rafael me lo reprochó siempre, pero yo me mantuve en mi idea. Y eso a Rafael no le gustó.
Y la tercera querella, la del asunto de las fosas y el franquismo, resulta que en ella actúa como letrado Jaime Alonso, gran amigo mío, persona de un comportamiento intachable y de una moralidad y rectitud a prueba de bomba. Soy padrino de su hija. El se ocupó de ese asunto que yo siempre consideré de muy difícil encaje penal, no tanto por el tipo delictivo como por la campaña mediática desarrollada en su alrededor. Cuando he leido la sentencia y el voto particular me he enterado de cosas que no sabia. Lo que verdaderamente me molestó fue el empeño es confundir a la opinión, repitiendo ad nauseam que Garzon era procesado por investigar el franquismo lo que no tiene nada que ver con lo que realmente se ventilaba en el Supremo. Pero nada mas.
Así que estas son las conexiones. La verdad es que no tengo especial simpatía por los métodos de Garzón en la instrucción judicial, pero nunca he sido “súbdito” penal suyo.Las dos única intervenciones que creo ejecutó en relación conmigo fueron las siguientes.Primero, en el caso Argentia Trust. Al parecer habló con el Fiscal Gordillo en defensa de su amigo el intermediario Antonio Navalón. La segunda una llamada al Juez Coronado cuando salió en prensa que había enviado una comisión rogatoria a Suiza para saber quienes habían cobrado los ya legendarios 600 millones. Eso es todo. En realidad no me atacaba a mi sino que defendía a su amigo Navalón. Yo tenía constancia por informaciones del propio Navalón de la buena relación entre él y el juez Garzón. Ignoro, si como algunos rumorean, esa amistad traspasó el ámbito afectivo para penetrar en otro mas contante. No lo se ni quiero siquiera deslizarme por el campo resbaladizo de las sospechas, porque no es técnica que me guste. Pero eso es todo.
Creo que el asunto no es quien está detrás de esas querellas sino quien está delante de ellas, y esto es muy fácil de responder: se encuentra Garzón y sus decisiones judiciales. Eso es lo que veo. Lo demás de nuevo los fuegos de artificio.
Por último el caso Urdangarín. No tengo ni un miligramo mas de información que la que se hace publica en los medios. Ni me importa.Con todos mis respetos, mi preocupación no es el Sr. Urdangarín. Incluso ni siquiera la Infanta. Mi interés reside en el Rey y para ser mas exactos en la persona, mas que en el cargo. Cuestión de afectos generados a lo largo del tiempo y con causa en D. Juan de Borbón. Lo único que me preocupa es que lo que suceda en torno al caso Urdangarín le afecte al Rey. Es obvio que personalmente ya le ha afectado. Pero estoy convencido y así lo he dicho públicamente que una gestión equivocada de la imagen en este asunto, de la información producida y derivada del caso, puede tener consecuencias serias. He dicho muchas veces que el hecho de que una persona haya podido tener un comportamiento no ejemplar -cosa por demostrar judicialmente- no tiene por qué afectar a la Corona como institución. Es absurdo. Pero lo es en plano intelectual, no en el clima social que vivimos. Una cosa son las aproximaciones intelectuales y otra las emocionales. Y creo que hay que cuidar ambas. Uno puede ser intelectualmente monárquico o republicano, pero llevar el debate a derivas de la conducta de Urdangarín carece de sentido en el plano de los conceptos, aunque hay que tener cuidado en el nivel de las emociones. Personalmente creo que el Rey ha prestado un servicio muy importante España, y eso lo creo, lo digo, lo sostengo y lo mantengo al margen de que mis preferencias intelectuales sean monárquicas o republicanas. Incluso al margen de mi sincero afecto por D. Juan Carlos. Lo digo porque tengo información de que es real lo que digo. Pero digo mas, abrir el debate a raíz de este asunto y aquí y ahora carece del menor sentido, así que conviene que las emociones no se pongan encima de los intelectos.
¿Cual es mi conexión? Pues que el acusador particular es Manos Limpias. ¿Y que tengo yo que ver con Manos Limpias? Pues que Jaime Alonso fue el letrado que actuó por Manos Limpias en el caso del franquismo…. Pues vaya….La verdad es que si conocieran un poco la historia de mis relaciones con el Rey y con su Padre… Pero, bueno, a veces saber la verdad es fatal para los que se dedican a conspirar.
En fin, todo esto suena a lo que suena. Así que os lo cuento para que sepáis que no siempre ni la paranoia enfermiza ni, lo que es peor, las intenciones espurias abandonan el escenario politico/mediatico/judicial de nuestra España.

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