Artículo de José María Soler
Se nos enseña e inculca que tanto el poder como la organización social en la que vivimos, a la que llamamos sociedad civil, están sujetos a las reglas del estado de derecho. Sin embargo, la realidad contumaz del día a día, los hechos, se reiteran una y otra vez en sentido distinto al de la sujeción a la Ley, demostrando que, más que a las reglas del estado de derecho, la sociedad en la que vivimos y el poder que la gobierna, parecen estar más sujetos a las reglas del Póker.
Nada es lo que parece, todo se hace por dinero, se apuesta por todo, se echan faroles constantemente y casi siempre gana quien mejores o más cartas lleva, cosa que además suele saberse de antemano. Pero es que, además, como en el Poker, también se hacen trampas o, mejor dicho, la codicia, la soberbia y, sobre todas, la indolencia, que a mi juicio es el octavo pasajero o pecado capital, nos han hecho olvidar la forma justa y honesta de hacer las cosas, es decir, sin hacer trampas, y si a alguien se le ocurre ir de frente y no hacer las cosas de forma irregular o ilegal, el resultado que se consigue es la exclusión, el ninguneo y, al final, la extinción por inanición.
Si, la mayor parte de las veces hay que simular, robar, engañar o falsear para poder conseguir salir adelante sencillamente para no caer fuera de mercado, porque casi todos lo hacen así, aunque, de ser posible, probablemente la mayoría no querría tener que hacerlo así. Paradójicamente, la honestidad y la probidad dejaron de ser virtudes para convertirse en incómodos obstáculos e inconvenientes. El brillo del becerro no nos deja ver el bosque.
Como en el Póker de los tahúres del Mississipi las trampas, y no las reglas, son la norma, y no hay otra forma de aprenderlas que sentándose a jugar.
Pero nuestras propias vidas y las de nuestros hijos no pueden ni deben ser un juego en manos ajenas, expuesto al capricho de los ardides de los mercados o de gobiernos corruptos, insensatos o incompetentes que solo alcanzan a verse a sí mismos y a perpetuarse. La sociedad no debe estar excluida de la política porque es más que parte de ella, es el valor a proteger.
Sentimos la imperiosa y urgente necesidad de corregir esta cruda e incívica, pero sobre todo irracional e injusta situación, en la que los “valores” que realmente se protegen son otros muy distintos como el enriquecimiento injusto, la endogamia, el privilegio y la impunidad a golpe de indulto, porque somos conscientes de que necesitamos recuperar la confianza que nos hace sentirnos capaces y seguros de saber que, con esfuerzo y voluntad, podremos salir adelante, para vivir lo mejor posible y progresar en la búsqueda o en los caminos que cada uno se proponga seguir.
Y para eso hay que llegar a comprender cómo han funcionado y cómo funcionan en la actualidad esas reglas de casino flotante y cómo se hilan y urden esas trampas, es decir, cómo funciona el poder, de dónde viene, y quiénes lo gestionan.
Por todo ello, os invitamos a subir al barco, este próximo sábado, a las diez de la mañana, en el Hotel Intercontinental en Madrid, para asistir a un debate interactivo en el que formular preguntas a quienes estuvieron y aun están en los diversos circuitos del Poder para intentar comprender, con explicaciones y debates, cómo se organiza y cómo funciona el Poder en el Siglo XXI, cuáles son las experiencias en otros países y cuáles las oportunidades reales de participación y control político que, a pesar de los políticos, acabarán imponiéndose, en un nuevo modelo de representación y control político que renovará la caducidad del actual permitiendo y garantizando una estructura democrática verdadera, una adecuada gestión de la participación social en la acción política y la implantación de los mecanismos que faciliten su control, actualmente inexistentes.
También, se valorarán las herramientas que, para poder desarrollar y organizar el nuevo modelo, nos ofrecen las nuevas tecnologías, en las que nuestra sociedad se ve apresurada y casi repentinamente abocada a involucrarse, no siempre en su propio interés o aprovechamiento y, finalmente, poder, de una vez por todas, hacernos responsables de nuestros propios destinos, decidiéndonos a participar en las acciones que nos permitan jugar nuestra verdadera partida vital pero, para ello, hay que TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO.
Por fin leo a J.M Soler!! preclaro y comprometido, nos tienes que regalar mas artículos...
ResponderEliminarSq
Muy buen artículo y muy significativo el segundo párrafo.
ResponderEliminarOjalá comencemos todos a ponerlos las gafas de la realidad.
Suerte el próximo sábado.
Alberto Rguez.
QUE BUENO. " PROMETE " ESA REUNIÓN DEL PRÓXIMO SÁBADO.
ResponderEliminarMAGNÍFICO ARTÍCULO.
SALU2
Desde Sevilla, enhorabuena por el artículo a Jose María Soler. Qué pena que no podré asistir. Pero estaré al tanto de todo.
ResponderEliminarGracias JM por compartir el artículo. Espero compartir con vosotros la jornada... es necesario inscribirse en algún sitio?
ResponderEliminarR.M.
Ya es hora que la Sociedad Civil traspase el salón de los pasos perdidos de "los circuitos de poder"...
ResponderEliminarRamón Guillén
Gracias a todos.
ResponderEliminarQuien desee inscrbirse para asistir puede hacerlo por correo electrónico a correo@fundacioncivil.org o correo@sociedadcivilespanola.es
Salu2