miércoles, 18 de enero de 2012

Bienvenidos a un proyecto preñado de esperanza en el que todos somos protagonistas



Desde aquí trabajaremos en “Un proyecto preñado de esperanza, de esas escondidas en la alacena del alma que muchos guardamos a pesar de que el inapelable transcurrir del tiempo en nuestro espacio nos haya mostrado como se negaba la mayor de todas las formulaciones tendentes a que la Sociedad Civil, la denostada y ahora cacareada sociedad civil, pudiera, no ya recuperar lo propio, lo suyo, sino siquiera tener una voz capaz de ser oída por aquellos que deberían administrar, y sólo eso, la res publicae.
Una voz que no se limite a ser oída, sino que, en tanto que encerrara proposiciones justas y coherentes, se configurara como un aserto que debiera ser seguido, puesto que proviene de quienes, en puridad, son los que designan a los administradores de sus bienes y servicios comunes. Cualquier parecido de la realidad de los últimos años con un idílico diseño como el que acabo de perfilar, es mera coincidencia. Y lo malo es que además de idílico lo que propugnamos no es solo coherente y lógico, sino, sobre todo, la puerta que abre el acceso a las libertades reales, las vividas, practicadas, y no las meramente formuladas con cierta ampulosidad en textos llamados constitucionales y sus derivadas ulteriores.”
“Debemos recuperar al individuo como eje central de todas las acciones sociales. No sólo el hombre es la "medida de todas las cosas" como decían los pensadores gnósticos, con Protágoras a la cabeza, sino también el principio y el fin de toda acción.
Por ello, entiendo que debe abrirse un debate sobre los principios que queremos que rijan en nuestra sociedad, es imprescindible hacer referencia a otros valores, a otros principios, sin degradar lo conquistado, pero situando cada creencia en su posición correcta.
El problema es cómo organizar de forma eficiente la discusión sobre estos principios y cómo conseguir implementarlos en la vida social. Los cauces formales que ofrece el sistema democrático son necesarios pero no suficientes.
Creo que puede sostenerse que democracia ya no es sólo el emitir un voto cada cuatro años y luego desentenderse de los asuntos públicos, como tampoco puede admitirse que el voto legitima cualquier tipo de actuación de los gobernantes sobre los gobernados. Hoy más que nunca el progreso social sólo puede provenir de una interacción activa y dinámica entre el Estado de Derecho y la sociedad Civil”
Así que desde aquí os invitamos a participar en las “cosas de la Sociedad Civil”.

1 comentario:

  1. Creer en la democracia es un acto de fe. Hacerla real, efectiva y darle un sentido lógico es casi una quimera. Pero si algo le hace al hombre social sentir lo grande del concepto hermandad es luchar porque lo que mas se parezca a esa forma de estado. Somos una sociedad que, harta de probrar dulces, quiere sacar de lo amargo un sentido al futuro. Estamos cambiando desde dentro. Es un hecho. Cambiemos hacia afuera. Demostremos que lo que pensamos y soñamos se puede hacer realidad. Hay muchos comienzos que tienen su fin por no tener una clara finalidad. Luchemos porque la Sociedad Civil demuestre que tenemos muchas cosas que decir con unos buenos comienzos y con mejores finales.

    ResponderEliminar