Deseo dejar claro que esta es mi personal visión sobre el desarrollo de la Mesa Redonda "La sociedad civil en los Países Nórdicos" y para nada pretende ser una crónica de todo lo allí expresado.
El acto de ayer, fue el reflejo de la incipiente, por no decir anoréxica, sociedad civil en España. Su resultado, para mí, fue más que interesante por lo que los ponentes expusieron; aleccionador por poder conocer hasta qué punto se han desarrollado esas sociedades civiles; abrumante por ver lo mucho que nos queda por recorrer; estimulador por ver que nuestra ingente tarea, es posible realizarla y apasionantepor haber vislumbrado nuevas vías o herramientas, que fuercen a nuestra clase política a que haga efectivo el mandato constitucional de la participación ciudadana en el gobierno de España, al margen de la paupérrima elección por listas cerradas y bloqueadas cada cuatro años.
Lo primero que pudimos constatar es que para el nivel de participación alcanzado en esos países, ha sidofundamental la gran transparencia implantada en su vida política. Al cierre del acto, pudimos conocer de mano del Dr. D. José Luis Piñar Mañas, Vicerrector de Relaciones Internacionales del CEU, que por los caminos que, de momento, se está desarrollando nuestra futura Ley de Transparencia, ésta será más que decepcionante. Hasta el punto, de que sería mejor quedarnos junto con Malta y Chipre, como los tres únicos países del Consejo de Europa, sin legislar sobre este imprescindible y urgente asunto: la Transparencia en la Política. Hay que ser transparentes hasta que duela.
Otro tema que meridianamente claro, es que las sociedades civiles de estos países están en otras posiciones muy distintas de la nuestra. Aunque existen grupos interesados en mejorar ese "contar con la sociedad civil" en la vida política –eso ya está conseguido–, el nivel de participación alcanzado, hace que la mayoría de organizaciones estén volcadas en el desarrollo de temas muy concretos, como puede ser medio ambiente, desarrollo social, reciclado, religiosos, etc.
Como vemos, caso bien distinto del español, pues nosotros nos encontramos tratando de superar el primer peldaño de la ascensión, más exactamente "muro" por los impedimentos colocados por la clase política. No se nos consulta en leyes sensibles. Se han cercenado, o no se han desarrollado, cauces válidos para el efectivo acceso a la propuesta popular de leyes de interés para la ciudadanía. A pesar de la sucesivas directivas europeas sobre desarrollos de las ILP (Iniciativa Legislativa Popular), estas no se ha movido un ápice.
No sólo no se han movido, sino que se nos han restringido los pocos derechos existentes al respecto. A lo largo de los últimos treinta años, tan sólo han sido presentadas 88 ILP en España, muestra del mínimo interés de la sociedad o de su poca confianza en el sistema. En el 90% de los casos, no han sido admitidas a trámite por la Mesa del Congreso, han caducado durante los trámites parlamentarios o bien, han sido rechazadas en las Cortes.
Únicamente una ILP, la presentada pidiendo la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal, recibió el respaldo parlamentario en 1999.
Pero en el panorama para el desarrollo de la sociedad civil en España, surgen nuevos e inquietantes nubarrones. Ya en la pasada campaña electoral, era frecuente oír a Alfredo Pérez Rubalcaba, hablar deliderar la sociedad civil. Iguales palabras se han podido oír en boca de políticos de IU. Tampoco hace mucho que Jaime Mayor Oreja en su conferencia inaugural de la V Escuela de Verano de la FundaciónDENAES, "La importancia de la sociedad civil ante la encrucijada histórica de España", también tocaba el tema, y mi amiga Soledad, me comenta que hace unos días, presentando la nueva Fundación Valores y Sociedad, insistió en el tema de la sociedad civil.
No me cabe la menor duda de la buena fe individual de algunos pocos políticos de todo el espectro parlamentario, al defender el concepto de una sociedad civil que realmente funcione, aunque sólo sea para determinados asuntos de su interés.
Pero no podemos cometer el error de permitir –y esta es una opinión exclusivamente mía, de Juan Espino– que sean los partidos políticos los que lideren la implantación de una sociedad civil que realmente retome cierta cuota de poder, hasta ahora fagocitada por los propios aparatos de esos partidos. Sería como admitir que sea la zorra, la que guarde el gallinero. quizás esta frase sea poco correcta políticamente hablando, pero a buen seguro, es totalmente descriptiva de la gravedad del problema que se crearía, porque no puedes pedir, con expectativas de que lo haga, a los máximos beneficiarios de una situación injusta y democráticamente reprobable que se disparen en el pie.
Respecto a las nuevas vías o herramientas, que fuercen a nuestra clase política a que haga efectivo el mandato constitucional de la participación ciudadana en el gobierno de España, que cité al inicio, siendo percepciones personales a explorar, madurar y concretar, me van a permitir que me reserve expresarlas públicamente por un tiempo, pues prefiero consensuarlas con el resto de compañeros de Sociedad Civil Española por si pudiera convertirse en un proyecto común.
http://regeneracion-democratica.blogspot.com.es/2012/05/la-sociedad-civil-en-los-paises.html
Estoy de acuerdo con las apreciaciones: queda mucho camino por andar y el muro se vuelve infranqueable en tanto sigamos siendo, y no digo poco, ojo, somos muchos pero no suficientes todavía, los inquietos y los que lo queremos derribar.
ResponderEliminarEntiendo q estos países empezarían igual pero nos llevan un Siglo de ventaja, tiempo q vamos a agiliazar en este S.XXI ya que las Nuevas Tecnologías evolucionan y juegan a nuestro favor acortando distancias.
Y entiendo que en esos países sus gobiernos han estado participados por la Sociedad Civil desde el momento en que descubrieron la democracia... La "educación" viene de atrás y ya puede considerarse endémica entre su población, no tiene nada de excepcional lo que ya es costumbre… ahora pueden dedicarse al medio ambiente y las ong´s... Lo meritorio es haberlo logrado y en esto es en lo que me quiero fijar.
Como anécdota personal, me quedo con lo que nos contaba la embajadora de Suecia, mujer excepcional, comunicativa y extrovertida. Confesaba con admiración que la diferencia entre nuestros países que mayor asombro le causa, es la familia como aquí la conocemos, la vivimos y la disfrutamos; el colchón familiar como estructura social generalizada que tenemos en España, ellos la han perdido
Como “premio de consolación” mas de uno podrá pensar que no se puede tener todo, pues eso no vale cuando se trata de hacer valer nuestro derecho constitucional a participar en el control a los políticos y a la política de los sucesivos gobiernos de nuestro país.
Para concluir de manera optimista y positiva, la perfección no existe, de acuerdo, pero trataremos por todos los medios de alcanzar el nivel de democracia participativa que nos merecemos; tenemos el derecho y la obligación de convertirnos en una sociedad civil organizada, y confío en que esos años que se necesitan para lograrlo sean naturales y no "años luz".
Un cordial saludo
Soledad Q.
Solamente con una sociedad civil consolidada podrá saborarse la verdadera libertad de un país.
ResponderEliminarAntonio Casado.