martes, 15 de mayo de 2012

¿Y si Grecia sale del euro? Las seis preguntas clave






La posibilidad de que Grecia abandone la eurozona ya no es descabellada. Después de que el 70% de los votantes en las elecciones del 6 de mayo respaldase a los partidos que rechazan las condiciones bajo las que se entregaron a Atenas los préstamos de rescate por 174.000 millones de euros, muchos inversores ven cada vez más probable una fisura en la eurozona. Si Grecia se marcha, ¿cuáles serán las consecuencias?

¿De verdad se plantea Grecia dejar la eurozona?
¿Quién sabe? Las encuestas de opinión que muestran que el 80% de los griegos quieren permanecer en el euro y los resultados de las elecciones pintan un escenario confuso. Sus socios europeos aseguran que Atenas no puede tenerlo todo. Pero los cantos de sirena de la coalición radical de izquierdas Syriza, que asegura que Grecia está segura en la eurozona ya que sus acreedores están dispuestos a suavizar el duro rescate, son música para los oídos de los acuciados ciudadanos.

¿Está dispuesta Europa a echar a uno de los suyos?
Las autoridades de la eurozona habían preparado planes de contingencia para una salida de Grecia tras el referéndum nacional propuesto en octubre por el ex presidente Yorgos Papandréu sobre la permanencia en el euro. Ni siquiera entonces esas autoridades tenían la certeza de que el resto de la unión monetaria pudiera sobrevivir a la onda expansiva provocada por una vuelta del dracma. Pero ahora, con un nuevo fondo de rescate permanente de 500.000 millones de euros respaldado por la fortaleza de un tratado internacional con multitud de herramientas para comprar bonos soberanos en el mercado abierto e inyectar capital en los bancos de la eurozona, algunas autoridades creen que podría contenerse el contagio.

¿Qué conllevaría la salida de la eurozona?
Ni Atenas ni el resto de la eurozona querrían asumir la responsabilidad de una salida de Grecia de la moneda única. Habría un cruce de recriminaciones.
En previsión de las acusaciones de haber impuesto exigencias 'brutales', el núcleo de la eurozona se está asegurando que la salida sea vista como una decisión soberana. La salida se produciría porque, sin nuevos préstamos, el Gobierno no dispondría de dinero para pagar la Seguridad Social y los salarios del sector público. Además, el BCE podría retener los fondos de los bancos griegos, provocando su caída. Tras la salida, Grecia tendría que negociar su participación en la UE. Los tratados de ésta tienen una cláusula para el abandono de la unión, pero no únicamente para la eurozona.

¿Qué repercusiones económicas sufrirá Grecia?
El nuevo dracma se devaluaría con rapidez. No puede predecirse hasta qué punto, pero el FMI calcula que Grecia necesita al menos una devaluación de entre el 15% y el 20% sobre la media de la eurozona para obtener un balance por cuenta corriente. Esta devaluación devolvería la competitividad, pero no sería el final de la historia. Hay dos posibles escenarios. En el mejor de los casos, un Gobierno responsable logra reactivar el sistema bancario, gestionar unos presupuestos equilibrados y convencer a la opinión pública para que acepte un fuerte deterioro del nivel de vida. Bajo el escenario alternativo, asumiría las funciones un Gobierno que quiere usar sus nuevos poderes de autonomía monetaria para compensar los efectos de la devaluación y generar prosperidad a través del gasto. Con ello se correría el riesgo de que la hiperinflación generada tras un breve periodo de respiro se viera seguida de una nueva devaluación de la moneda y de la impresión de más dinero.

¿Están listas las empresas griegas para una salida?
Aunque algunas grandes compañías han preparado planes de contingencia para una salida de Grecia, las empresas medianas esperan a ver lo que sucede, según consultores de Atenas. Incluso las que no prevén abandonar el país se aseguran que el dinero ganado en el extranjero se quede allí. Los grupos que abastecen al mercado nacional están reduciendo su tamaño tras intentar durante dos años recortar costes debido al fuerte desplome de las ventas.

¿Puede la eurozona contener el contagio?
Esta es la gran incógnita. Si las autoridades de la eurozona pueden convencer a los inversores y a la opinión pública de que Grecia era un caso especial, podrían contenerse los efectos de una salida. De lo contrario, la marcha de Grecia pronto se convertiría en una ruptura desordenada del proyecto del euro.

Fuente:  http://www.expansion.com/2012/05/15/economia/1337034178.html

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