Los estudios internacionales resaltan que, a partir de un nivel mínimo, el gasto no tiene demasiado peso en los resultados educativos.
Desde que el pasado lunes Mariano Rajoy anunció reformas en el sistema sanitario y educativo con el objetivo de ahorrar hasta 10.000 millones de euros (unos 3.000 en educación), se han multiplicado las críticas. Desde la oposición, los sindicatos de profesores o las asociaciones de padres han surgido decenas de voces que reclaman que no se toquen las partidas presupuestarias destinadas a estas cuestiones, por las gravísimas consecuencias que podría tener.
En lo que se refiere a escuelas y universidades, la argumentación vendría a ser: "La educación es una inversión de futuro. Recortar el gasto supondrá una merma en la calidad de la enseñanza, algo que influirá decisivamente en la preparación de los jóvenes españoles. Por lo tanto, cualquier recorte no sólo tendrá consecuencias en las escuelas, sino que también tendrá su reflejo en el futuro de la economía española". Este tipo de razonamientos tiene algo de absurdo. Exagerando un poco, podríamos preguntarnos: si nos estuviéramos gastando diez veces más que ahora, ¿también sería imposible hacer ningún recorte sin que la calidad cayera?
Lo que dice PISA
Para tratar un tema que desata tantas pasiones, quizás lo mejor sea acudir a las cifras de los más conocidos estudios sobre la materia. El Informe PISA, que elabora la OCDE y que mide el resultado de los alumnos de secundaria de las principales economías del mundo, destaca que "existe una débil relación entre recursos educacionales y rendimiento de los estudiantes". Andreas Schleicher, jefe de analistas de PISA, atribuye sólo un 10% del total de la variación en las notas al dinero gastado por las autoridades.
La conclusión que se saca es que un nivel mínimo de gasto es imprescindible. Evidentemente, es muy difícil dar una educación de calidad con 200 euros al año por alumno. Pero una vez alcanzado ese mínimo (algo que todos los países europeos han conseguido), los incrementos del presupuesto no tienen por qué ser buenos. Lo importante sería dónde poner el dinero y no el gasto total.
En España, Antonio Cabrales y Florentino Felgueroso, dos de los mayores expertos en economía de la educación, recordaban hace unos meses que no existe correlación entre gasto educativo y rendimiento de los alumnos. En el siguiente gráfico, puede verse como países con un enorme gasto por alumno, como Luxemburgo o Noruega, sacan peores notas que Finlandia, Corea o Estonia, que soportan un coste muy inferior. España, mientras, tiene un gasto similar al de la mayoría de los países de su entorno (algo mayor que Francia o Alemania, por ejemplo), pero está en los últimos puestos en cuanto a resultados.
Los datos de España
Lo cierto es que en cuestión de dinero, el sistema educativo español no sale especialmente malparado en relación a sus vecinos, algo que sí ocurre cuando hablamos de resultados educativos. En PISA, España saca 481 puntos en comprensión lectora, cuando la media de la OCDE es de 493 y Finlandia tiene 536, Holanda 508 y Bélgica 506, por citar sólo países de la UE.
España tiene un gasto público en educación equivalente al 4,35% de su PIB. Es una cifra relativamente baja, pero que en realidad no quiere decir mucho por dos razones: en primer lugar, la incidencia de la educación privada (incluyendo la concertada) es más elevada que en otros países. En segundo lugar, lo relevante no es el gasto total, sino el coste por alumno (un país con pocos niños siempre gastará menos que otro con una gran población infantil).
Según los últimos datos disponibles a nivel europeo, de 2007, el gasto por alumno en la UE-27 era de 6.251 euros de media al año. España superaba ampliamente esa cifra, con 6.773 euros. Alemania o Finlandia, dos países mucho más ricos y con resultados sensiblemente superiores en PISA, gastaban 6.752 y 6,682 euros respectivamente. Y Estonia, el país del este más exitoso en el examen de la OCDE, apenas llegaba a los 3.675 euros (aunque los utilizaba mejor que España).
Desde que el pasado lunes Mariano Rajoy anunció reformas en el sistema sanitario y educativo con el objetivo de ahorrar hasta 10.000 millones de euros (unos 3.000 en educación), se han multiplicado las críticas. Desde la oposición, los sindicatos de profesores o las asociaciones de padres han surgido decenas de voces que reclaman que no se toquen las partidas presupuestarias destinadas a estas cuestiones, por las gravísimas consecuencias que podría tener.
En lo que se refiere a escuelas y universidades, la argumentación vendría a ser: "La educación es una inversión de futuro. Recortar el gasto supondrá una merma en la calidad de la enseñanza, algo que influirá decisivamente en la preparación de los jóvenes españoles. Por lo tanto, cualquier recorte no sólo tendrá consecuencias en las escuelas, sino que también tendrá su reflejo en el futuro de la economía española". Este tipo de razonamientos tiene algo de absurdo. Exagerando un poco, podríamos preguntarnos: si nos estuviéramos gastando diez veces más que ahora, ¿también sería imposible hacer ningún recorte sin que la calidad cayera?
Lo que dice PISA
Para tratar un tema que desata tantas pasiones, quizás lo mejor sea acudir a las cifras de los más conocidos estudios sobre la materia. El Informe PISA, que elabora la OCDE y que mide el resultado de los alumnos de secundaria de las principales economías del mundo, destaca que "existe una débil relación entre recursos educacionales y rendimiento de los estudiantes". Andreas Schleicher, jefe de analistas de PISA, atribuye sólo un 10% del total de la variación en las notas al dinero gastado por las autoridades.
La conclusión que se saca es que un nivel mínimo de gasto es imprescindible. Evidentemente, es muy difícil dar una educación de calidad con 200 euros al año por alumno. Pero una vez alcanzado ese mínimo (algo que todos los países europeos han conseguido), los incrementos del presupuesto no tienen por qué ser buenos. Lo importante sería dónde poner el dinero y no el gasto total.
En España, Antonio Cabrales y Florentino Felgueroso, dos de los mayores expertos en economía de la educación, recordaban hace unos meses que no existe correlación entre gasto educativo y rendimiento de los alumnos. En el siguiente gráfico, puede verse como países con un enorme gasto por alumno, como Luxemburgo o Noruega, sacan peores notas que Finlandia, Corea o Estonia, que soportan un coste muy inferior. España, mientras, tiene un gasto similar al de la mayoría de los países de su entorno (algo mayor que Francia o Alemania, por ejemplo), pero está en los últimos puestos en cuanto a resultados.
Los datos de España
Lo cierto es que en cuestión de dinero, el sistema educativo español no sale especialmente malparado en relación a sus vecinos, algo que sí ocurre cuando hablamos de resultados educativos. En PISA, España saca 481 puntos en comprensión lectora, cuando la media de la OCDE es de 493 y Finlandia tiene 536, Holanda 508 y Bélgica 506, por citar sólo países de la UE.
España tiene un gasto público en educación equivalente al 4,35% de su PIB. Es una cifra relativamente baja, pero que en realidad no quiere decir mucho por dos razones: en primer lugar, la incidencia de la educación privada (incluyendo la concertada) es más elevada que en otros países. En segundo lugar, lo relevante no es el gasto total, sino el coste por alumno (un país con pocos niños siempre gastará menos que otro con una gran población infantil).
Según los últimos datos disponibles a nivel europeo, de 2007, el gasto por alumno en la UE-27 era de 6.251 euros de media al año. España superaba ampliamente esa cifra, con 6.773 euros. Alemania o Finlandia, dos países mucho más ricos y con resultados sensiblemente superiores en PISA, gastaban 6.752 y 6,682 euros respectivamente. Y Estonia, el país del este más exitoso en el examen de la OCDE, apenas llegaba a los 3.675 euros (aunque los utilizaba mejor que España).
Gasto por alumno 2007
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Pues a mi me parecen muy bien los recortes en la mala gestión de los centros públicos q no tiene nada q ver con el nivel académico que puedan alcanzar los alumnos
ResponderEliminar¿O trabajar 19 horas a la semana y encima permitirse el lujo de contratar profesores para cubrir las bajas de un compañero pagando en ese momento 3 sueldos por el mismo puesto es muy normal?
Si 3 sueldos, el del profesor , el del sustituto, el del otro profesor del colegio que está tocandose la nariz en el despacho de al lado haciendo "permanencias" en vez de dando esa clase y el de la baja
Eso es malversación de dinero público, despilfarro y pavoroso (y 3 meses de vacaciones.. que se me olvidaba)
Reivindiquemos el cheque escolar que además volverá competitivos los colegios públicos que así dejarian de ser un almacén de profesores no cualificados
Cultura, la Reforma Universitaria de Wert:
ResponderEliminarhttp://fonoteca.esradio.fm/2012-04-16/cultura-la-reforma-universitaria-de-wert-42812.html
Saludos
Los datos son muy interesantes. Otro example de gastos de dinero publico:
ResponderEliminarhttp://icrea-leaks.softmat.net/