domingo, 22 de abril de 2012

La responsabilidad del Rey. Por Mario Conde

Admitamos, a la vista de otros países, que la fórmula republicana es una opción valida
Todos tenemos derecho a nuestra vida privada. Pero la de aquellas personas que son anónimas y no ejercen cargo público alguno es la única de la que cabe predicar la privacidad. La de un jefe de Estado, sea Monarquía o República, nunca es totalmente privada, porque las consecuencias de sus actos se proyectan sobre la vida pública y afectan al orden de la convivencia. Por ello, los que defienden el derecho del Rey a su vida privada, pase lo que pase y suceda lo que suceda, son los más poderosos enemigos de la Corona.
Una institución que pretende legitimarse en lo que García-Pelayo llamó el “concepto mítico de la Corona” o, en lo que algunos reclaman como la legitimidad de los siglos, tiene difícil encaje en el siglo XXI. La transmisión hereditaria del poder y la preferencia del mayor sobre el menor, y no digamos del varón sobre la hembra, son presupuestos de difícil digestión en nuestros tiempos. Pero, al margen de lo puramente intelectual, hay algo que me interesa más: España. La singularidad de nuestro país permite concebir una formula monárquica como solución aceptable para la jefatura del Estado. Pero no vale cualquiera. Admitamos, a la vista de Alemania, Francia, Suiza, Italia y EE UU, que la fórmula republicana es una opción valida. En lo intelectual y en lo político.
Pero regresemos a nuestro objetivo: España. Es necesario diseñar una monarquía del siglo XXI que se base en tres pilares fundamentales que ya definí ante el Rey en 1993: incardinación en la sociedad civil, defensa de la unidad de España y garante frente a la arbitrariedad política. Con ello tendremos una opción intelectual y políticamente válida, capaz de competir con éxito con la opción republicana para ordenar la convivencia en España. Este es el gran reto de Juan Carlos I, construir la monarquía del siglo XXI, porque, hoy por hoy, es el único que dispone del carisma, del afecto y del respeto imprescindible para tan memorable tarea.


1 comentario:

  1. El rey Juan Carlos I dispone de carisma, y del respeto y afecto sincero de la mayoría de los españoles.
    Lamentablemente, creo, que apesar de ello, tan memorable tarea pudiera ser demasiada tarea, a estas alturas en las que España se encuentra.
    Yo veo a España perdida en las alturas, y mirando con vértigo hacia abajo, sin saber aún como será el aterrizaje...
    Crítica y dificil situación para la mayoría de los españoles. Y algo no tan -desafortunada- para alguna minoría, que quizás se "alegren" de ello...
    Una memorable tarea, ésta, para un rey que, quizás, desee o por naturaleza, necesite descansar algo más....
    A pesar de ello, un reto para Su Majestad que no sería imposible.
    Y para la situación actual de España, a mi entender y deseo, sería lo más conveniente. Por el presente de España, futuro próximo y medio....

    deSananda

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