La culpa es nuestra, también. Porque votamos una y otra vez a los dos
principales partidos sin importar lo que hicieran, simplemente porque eran de
nuestro bando. Porque fuimos al banco y pedimos un crédito que no podíamos
pagar, para que nos envidiaran por lo que teníamos, no por lo que hacíamos.
Porque en tiempos de bonanza asistimos impasibles al derroche del dinero que
pusimos en manos de los gobiernos, sin preguntarnos si cuadraban las cuentas.
Porque premiamos con las mejores audiencias a los programas de televisión más
zafios y convertimos en iconos nacionales a los más mediocres, marginando a
quienes buscaban la excelencia.
Culpa nuestra porque enviamos a los políticos la señal de que nos importaba
más un partido de fútbol que la aprobación de una ley, aunque sólo lo segundo
pudiera afectarnos. Porque nos dejamos engañar y pagamos viviendas al triple de
su valor real, seguros de que algún día podríamos engañar nosotros y venderlas
aún más caras. Porque nos encerramos en el provincianismo y nos repetimos que
como en España no se vivía en ningún sitio, a menudo sin haber vivido en ningún
otro sitio. Porque decidimos creer a presidentes que nos aseguraban que
estábamos a la cabeza del mundo desarrollado, cuando apenas liderábamos su cola.
Porque nos negamos a escuchar a quienes advertían que lo nuestro no podía durar
y seguimos a ciegas a los que repetían que duraría siempre. Porque sólo nos
hemos indignado por la crisis cuando ha llamado a nuestra puerta, ignorándola
mientras empobrecía a otros. La culpa es nuestra, también.
http://davidjimenezblog.com/2012/05/09/la-culpa-es-nuestra/#more-604
Sin comentarios. La realidad pura y dura. Lo único que queda por saber es, hasta cuando nos dejaremos arrastrar por estos políticos?...
ResponderEliminar