domingo, 17 de junio de 2012

La Ley soy yo. Por Mario Conde


Después de lo ya ocurrido, que el presidente del Supremo dimita, se fuerce su cese o continúe por un tiempo más tiene importancia, claro, por tratarse de la cima del Poder Judicial, pero relativa.
El daño ya está hecho. La imagen de la Justicia ha sufrido un nuevo golpe. El responsable no es el mensajero ni los medios de comunicación que informan, mejor o peor, de unos viajes inexplicables o muy mal explicados. La responsabilidad deriva de los hechos. Y a ellos hay que ceñirse, al menos en lo que al plano jurídico penal se refiere. Rechina que en algo tan aparentemente simple como valorar esos hechos, el Tribunal Supremo se divida en dos grupos: los que observan posible delito y los que no encuentran los elementos delictivos. Es difícilmente creíble que esa división responda sólo a análisis jurídico.
Y eso daña, todavía más. En fin, un destrozo. Pero ha servido para sentir que determinados miembros del aparato judicial, amparados por el Sistema, se consideran por encima de los ciudadanos e instituciones, en una conciencia de falsa superioridad. No se sienten servidores de Ley, sino que parecen responder al modelo de la Ley soy yo, la Justicia soy yo, el Supremo soy yo. Si la ley no se ajusta a sus deseos, ellos son la Ley, y como lo son, en ocasiones sienten que no necesitan estudiarla en profundidad ni seguir sus modificaciones. Y como son la ley, amenazan a órganos del Estado: no cumplir mis órdenes es delito, aunque eso implique para el amenazado desobedecer la Ley. Muchos jueces y fiscales se sienten sólo servidores de la Ley. Y también son víctimas, como los demás, de quienes se consideran por encima de ella. Si la sociedad civil quiere un verdadero Estado de Derecho, debe ejecutar una auditoría a fondo de los comportamientos judiciales, para erradicar ciertos modos de pensar y de actuar. Cuestión de personas. No se trata sólo ni preferentemente de exigir responsabilidades, sino de construir un modelo eficaz para la salvaguarda de nuestras libertades.

1 comentario:

  1. JUAN BTA AGUD CANET17 de junio de 2012, 12:16

    Mientras haya políticos corruptos e intereses partidistas, Mario, el poder judicial estará supeditado a las directrices de los mecenas.
    Muy buen articulo Mario, espero que la gente reflexione.

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