martes, 28 de febrero de 2012

¿Y si es Alemania la que abandona el euro?

 
 
 
 
Parece que el segundo rescate de Grecia se concreta poco a poco. El acuerdo no ha sido fácil ya que por una parte el BCE tendrá que asumir una minoración en sus bonos, aunque de forma no directa, y por la otra se ha establecido una cláusula CAC, lo que quiere decir que los “no aceptantes” del acuerdo podrían verse obligados a involucrarse haciendo saltar los CDS. Lo lógico sería que después de tanto tiempo todo estuviese preparado para el default, tanto por una minoración de los “net notionals”, o exposición neta a dichos derivados, como por una mayor liquidez en el sistema vía Bancos Centrales, aunque están por ver las consecuencias.
Pero el mayor problema no es ese, el mayor problema es que el acuerdo alcanzado no convierte en sostenibles las finanzas griegas. La deuda esperada para 2020 sigue siendo superior al 120%, y eso con unas estimaciones en algunos aspectos algo optimistas como una recuperación del PIB a partir del 2013 y un monto de privatizaciones superior a 40 mil millones de euros en los próximos años. Ojalá todo vaya muy bien pero si esto no se cumpliese, y recordemos que hasta el momento nunca se ha cumplido, la deuda se desviaría notablemente por encima de ese 120% del PIB, cifra ya cogida “por pinzas” en cuanto a sostenibilidad se refiere. En dicha hipótesis existen dos opciones, o bien Grecia sale del euro o bien se reanudan las conversaciones para un tercer rescate.
¿Cuántas veces estará la Eurozona dispuesta a rescatar a Grecia? Porque ahora la pregunta es esa, y es que incluso el Sr. Juncker no descarta que se pueda llegar a un tercer rescate cuando aún no se han desembolsado los 130 – 145 mil millones del segundo. La pregunta no es baladí ya que alguien tiene que poner el dinero, y ese alguien es en gran parte Alemania. ¿De verdad que Alemania aceptará un rescate tras otro? Las indirectas y presiones en las presentes negociaciones han sido múltiples, como por ejemplo pidiendo más recortes, manifestando públicamente que lo mejor es que se salgan de la moneda única… culminando en unas declaraciones de Venizelos en donde bastante molesto se hacía eco de tales comportamientos.
El ajuste para recuperar la competitividad en Grecia es tan brusco que es bastante improbable que pueda funcionar, como si de un tratamiento potencialmente letal se tratase. Se habla también de políticas de crecimiento pero mucho me temo que eso no será la solución. Alemania quiere que corrijamos nuestros déficits de competitividad, o lo que es lo mismo, dejar de financiar nuestro crecimiento con endeudamiento exterior. Mantener el PIB a flote sin ajustes es equivalente a seguir igual que ahora, es decir, para aplicar políticas de crecimiento es necesario que el país se siga endeudando con el exterior porque la falta de competitividad del país no le permite crecer de otra forma. Siendo una posibilidad en otras circunstancias, en nuestro caso sabemos que Alemania no está por la labor.
Habitualmente se usa el PIB para medir el impacto, pero hoy trataré de ejemplificarlo desde otra óptica: el coste por hora de los trabajadores y su productividad.

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